Soy un infeliz. No todos los días, eh. Uno, o dos días a la semana soy un infeliz. Me odio, me daría de piñas en la cara, me arrancaría la cabeza la giraría para que me mire y me putearia tan, pero tan fuerte que otra cabeza me saldría para empezar a putear también y armar una guerra de las galaxias de puteadas, puteadas y más y más puteadas:
“te odio Rodrigo, te odio. Odio tu puta pseudo angustia de minita, que te sigan doliendo dos veces por semana los mismos temas, que uses palabras de re maricon como “doliendo”, que cada vez que alguien te guste te lo plantees como si te hubieran diagnosticado un tumor. Forro, pelotudo, hijo de una gran mil putas. Te cagas de risa de los cancerosos, de los mogólicos, de la gente con estrabismo ¿y vivís el cariño con solemnidad? Idiota, pelotudo, sorete. Sorete, caca sos. Me aburris tanto, pero tanto me aburrís que me iría de putas a Uganda a pegarme zarpado bicho antes de tener que seguir escuchando el repiqueteo del: “ayyy, porque a mí no, y los demás si, si yo estoy y yo lo otro, y porque son todos unos idiotas, y porque son todos unos estos, y lo otro”. ¡ABURRIDO DE VOS ESTOY RODRIGO¡ ¿Por qué no te dejas de romper un poco las pelotas con el papelito de intelectual fanfarrón posmo? Dale, ponele un poquito de onda. Ay, yo el autentico, ay yo el transparente, yo no soy hipócrita. Yo, yo, yo,yo. ¡morite hijo de puta, morite! Dale, hacenos un favor a todos. Deja de besar el espejo y córtate la femoral. Si, la femoral. No demos tanta vuelta, vamo’ a lo concreto. Nada de muñequita, ni de pastillitas ni ninguna de esas forradas. Cutter y femoral. Es un toque y nos resolves la vida a todos. A vos, a mí y al resto de los que vivimos acá que también tenemos derecho vivir un poco que lo pario. Que Rodrigo esto, que Rodrigo lo otro, Rodrigo, Rodrigo, Rodrigo. Te vamo’ a mata’, gato”
Una cosa así, en un rato me duermo y mañana está todo bien.
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