miércoles, 18 de julio de 2012

Para que no gasten saliva

Para mí las relaciones son como ese tema que te gustó y escuchaste loopeado por horas durante semanas enteras. Ese tema que quisieras que dure más, ese que siempre dura poco y te deja angustiado cuando termina pero te encanta. Lo escuchaste una, y otra, y otra vez... hasta que un día lo pusiste y te diste cuenta que te quemaba la cabeza. Entonces no lo escuchaste nunca más; hasta que después de uno o dos años se coló en alguna playlist y sonriendo pensaste: “uhhhh, que buen tema”.

Son como esa película que viste de chico y te olvidaste que existía; de casualidad haciendo zapping te la cruzaste y la miraste hasta el final, sorprendiendote como si nunca la hubieras visto... y cuando termina pasas de canal, para volver a olvidarte de su existencia.

Hablo de esto porque vivo toda la historieta del amor y las relaciones de esta manera y no de otra. Me da un poco de paja la puta palabra “amor”, pero creo que fue la palabra más mencionada del día. No se que onda, pero me pa que todos se confundieron de estación y están arrimando el bochín ahora. Si en primavera cortan es porque son unos freaks trastornados del orto. Pero no es el punto, paso a enumerar:

Sofia dice que soy un caprichoso y que quiero correr antes de atarme los cordones (sea lo que sea que eso signifique), Lara dice que digo todo y no dejo nada a la imaginación, Guada dice que soy avasallante y tanto Pocha como RoBerta insisten en que soy “Perfecto”  pero si fuera menos pelotudo sería “más perfecto”.

Yo estoy siempre a la espera de la pelicula que vi de chico y del tema que escuche mil veces sin querer que termine. Cuando aparecen cosas que se alinean con lo que quiero y flasheo, no ahorro recursos de ningún tipo para informarlo, transmitirlo, proyectarlo ni nada de nada. Lo digo, lo transmito, lo proyecto, lo escribo y espero. Fantaseo, flasheo, la paso bien, como el culo y espero... no mucho porque mi ansiedad no me lo permite, pero espero.

Entonces es imposible perder: si del otro lado hay buen feedback uno puede seguir alimentando ese deseo, esa fantasía, esas proyecciones. De no haberlo, uno se dice:

“Bueno, no era.”  - y nunca más lo escuchas hasta que después de uno o dos años se cuele en alguna playlist -

Creo fehacientemente que siempre hay un roto para un descosido, y que hay que ser como mierda se les cante y les guste ser. El que se siente avasallado, intimidado, el que sienta incomodo porque no tenes filtro: que se vaya al super y se meta una bolsa de baggetes en el orto. Ok, fue demasiado. Esta perfecto que al otro no le guste ninguna de esas facetas, pero son tuyas macho. Hacete cargo. Si no te gustan cambialas, pero si te caben... a tomar todos por culo. Quedate tranqui que va a llegar, cuando llegue, te vas a cagar de risa. ¿Sabés por qué te vas a cagar de risa? Porque la loca también te estaba buscando. Ella también se había cansando de esperar y de escuchar a las tilingas de las amigas decirle:

“vos sos muy avasallante, intimidas a los tipos, sos muy directa, tenes que preservar un poco la mística, Marta”

Entonces, desde un silloncito de Domingo que ya no es depresivo, van a estar tomando un tecito frente a la tele cuando uno de esos capítulos de Los Simpsons que vieron allá por el 96 aparezca en pantalla y lo miren hasta el final como si nunca lo hubieran visto. La única diferencia es que en lugar de cambiar de canal, ya decidieron que era hora de apagar la tele.

Para que no gasten más saliva: voy a llegar a ese sillón, pero voy a llegar de esta manera y no de otra ¿ta claro?

Atte,

Rodrigo Olivera.

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